El 03 de mayo de 2023, la CEO de la Cámara LGBT+ Ecuador, Mgtr. Diane Rodríguez, fue invitada como Speaker por el equipo de Out & Equal al evento Foro LGBTQI+ LATAM 2023: Un día de transformación, que tuvo lugar en el Hotel Sheraton WTC en São Paulo, Brasil.
En su intervención, durante el almuerzo plenario, Diane, dió un potente discurso sobre su trayectoria como mujer trans no binarie y activista LGBT+, social, luego política y ahora en el activismo corporativo – empresarial bajo las normas de responsabilidad social. Conecta con su trayectoria a continuación:
Diane: una historia de lucha, resistencia y transformación
Hola, muy buenas tardes. Muchas gracias a Out & Equal por su gentil invitación. Mi nombre es Diane Marie Rodríguez Zambrano, soy ecuatoriana, bisexual y durante toda mi vida me he identificado como una mujer trans, pero en los últimos años me siento más cómoda en el espectro no binarie.
Mi activismo empezó hace trece años, en primer lugar, por falta de acceso laboral y en segundo lugar porque en mi antiguo lugar de trabajo no querían llamarme por mi verdadero nombre, Diane. También me dijeron que podría llamarme así, sólo si lograba hacer mi cambio por la vía legal en los registros de identidad. Fue tanta mi insistencia que el resultado fue mi despido inmediato e injustificado.
Dijeron que lo hacían por razones de “seguridad”.
Así es que me fui a los tribunales de justicia de mi país, y el año 2009 demandé al Registro Civil para cambiar mi nombre legal y ser nombrada, tanto en el ámbito privado, laboral como público con mi nombre, Diane Marie.
Para las personas trans, ser llamadas por nuestro verdadero nombre representa nuestra identidad, quiénes somos y cómo queremos que el mundo nos perciba. Y si bien nuestro nombre legal fue escogido con mucho cariño por nuestros padres y madres, muchas veces no representa el género con el que nos identificamos, nos expone a situaciones de discriminación, y en muchos países de Latinoamérica, ni siquiera se nos permite cambiarlo. Por eso, en la vida cotidiana, estudiantil y laboral reconocer nuestro nombre y género representa inclusión, equidad y diversidad.
Luego de dos años de audiencias legales, el registro civil decidió cambiar mi nombre, pero me negó el derecho de cambiar mi género en mi documento de identidad.
Es así que decidí continuar con mi lucha, pero no lo hice sola, logré reunir a un grupo de chicas trans y fundé “Silueta X”, la primera ONG ecuatoriana dedicada exclusivamente a mejorar las condiciones de vida de otras mujeres trans de mi país. Además de llevar adelante mi proceso judicial de cambio de nombre, logramos recaudar fondos para empezar proyectos donde las capacitamos, las acompañamos en sus procesos de detección del VIH, les dimos herramientas para emprender pequeños negocios, o para que postulen a un trabajo y encuentran otras oportunidades que las saquen de la situación de pobreza extrema y del trabajo sexual.
La realidad de la población trans en mi país, probablemente no es muy distinta a la de otros países de Latinoamérica. El estudio de caso de poblaciones LGBTI del Instituto de Estadísticas y censos del Ecuador del año 2012, reveló que el 86% de personas trans de Ecuador hemos recibido gritos, insultos, amenazas y burlas, en el espacio público y un 55,5% hemos sido víctima de golpes y otras agresiones. Brasil, es el país con la mayor tasa de asesinatos de personas trans en el mundo. Y de acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la esperanza de vida para las mujeres trans en Latinoamérica es de 30 a 35 años.
En Ecuador, parte de nuestro trabajo de incidencia fue pedirle al Estado que en la encuesta nacional se registre también las vivencias de las personas LGBTQI+. Las autoridades me dijeron que “identificar a un hombre de nacimiento, como una mujer, es falsear información”.
Entonces, como el Estado no nos quiso incluir, junto a mi ONG hicimos varios estudios para saber qué estaba pasando con nuestra comunidad. Aquí descubrimos que quienes más violencia ejercían contra las personas trans era la policía, así es que nos acercamos a esa institución y logramos un acuerdo público para realizar talleres de sensibilización y crear protocolos de atención. Nos hicimos muy conocidas en todo el país, incluso llegamos hasta Colombia, pero tanta visibilidad también me trajo consecuencias.
Fue en el año 2012, cuando un grupo de sujetos me raptaron, amenazaron con matarme y me quitaron todas mis pertenencias y dinero de mis cuentas. El rapto duró cinco horas, pero yo sentí que duró una eternidad. Al liberarme, presenté la denuncia formal en la fiscalía y contacté a Front Line Defenders, en Irlanda, para recibir apoyo. Padecí de estrés post traumático y desarrollé agorafobia. Luego me recuperé y seguí haciendo activismo.
En el año 2013, volvió a suceder, cuatro individuos armados fueron a buscarme a las oficinas de Silueta X en Guayaquil. Dijeron que tenían asuntos pendientes conmigo. Por suerte me encontraba en Quito ese día.
Pero nada de esto me detuvo, durante las elecciones de febrero de 2013 me convertí en la primera candidata abiertamente trans de mi país en postular a un cargo público. Lamentablemente, tuve muchos problemas con la inscripción, pues mi nombre social no coincidía con el género de mi cédula. Es más, en mi país, al momento de votar, nos dividen por género, y yo tuve que votar en la fila de hombres.
No gané las elecciones en esa ocasión, pero mi comunidad ganó un nuevo espacio al que nunca antes se nos había permitido entrar, la política. El 19 de marzo del 2013, luego de mi candidatura, el ex presidente Correa me envió un tuit donde decía: «Estimada Diane, solo quería decirle que la admiro y respeto profundamente, aunque no comparta todos sus postulados». Yo aproveché ese comentario y le pedí una reunión, de la cual logramos sacar algunos acuerdos a favor de la justicia, salud, educación y empleo para las poblaciones de la diversidad de Ecuador.
En el año 2017 me convertí en la primera mujer trans en ser elegida para un cargo de elección popular, al llegar a ser Asambleista para la Asamblea Nacional o Congreso Nacional. Me alejé de la política por razones personales y habiendo dejado el camino abierto para quienes quieran acceder a espacios de elección popular.
He hecho de todo, porque creo que les activistas siempre estamos buscando lugares donde aportar, sumar, cuestionar y, por supuesto, construir. Es así que llegué a vincularme con las empresas, ahí encontré muchas personas aliadas que me dieron la mano y me ayudaron a aprender sobre cómo enfocar toda mi pasión, mis ganas de impactar positivamente en mi entorno y de ayudar a mi comunidad, pero esta vez a través de un lenguaje corporativo.
Al principio me costó, y creo que aún sigo aprendiendo, pero ha sido gracias a las empresas que apoyan la Cámara de Comercio LGBT de Ecuador, los proyectos que impulsamos desde Pride Connection Ecuador, y la bolsa de trabajo trans, que hemos logrado impactar en la vida de muchas personas. Hasta ahora tenemos más de 35 mil personas sensibilizadas, hemos logrado afiliar a 22 empresas a la Cámara, 5 de ellas están contratando a personas LGBT+ abiertamente, y 4 han incluido en su cadena de proveedores a emprendimientos LGBT.
Todes estamos aquí el día de hoy dialogando sobre cómo podemos transformar nuestro entorno de manera positiva, cómo podemos usar nuestros privilegios y poder de influencia en favor de las personas LGBTIQ+ y con especial énfasis en la población trans. En mi país, por ejemplo, dos de cada tres personas trans han sufrido de discriminación, exclusión o violencia en el ámbito laboral. Y es por esta razón que este tipo de espacios son tan importantes, porque nos ayudan a pensar juntes en soluciones a este grave problema.
Todas las políticas de no discriminación de sus empresas, las políticas de nombre social, beneficios de salud para trabajadores trans, procesos de reclutamiento inclusivos, están impactando realmente en nuestras vidas. Y aunque el camino parezca largo, difícil y agotador, les pido que sigamos adelante, construyendo puentes, liderando con nuestro ejemplo, siendo embajadores en nuestro lugar de trabajo, evolucionando las políticas de diversidad, equidad, inclusión y pertenencia desde un enfoque interseccional. Transformando nuestros espacios de trabajo.
La última amenaza la tuve en el año 2021 a raíz de hacer público el embarazo de mi marido, un hombre trans. Pero esta vez no sólo amenazaron con matarme a mí, sino a él y a nuestra hija que venía en camino.
Si bien mi lucha empezó por levantar la voz por mi comunidad, el día de hoy también sigo aquí por mis hijes, mi familia, quienes son ese futuro de Ecuador que todes soñamos. Un país donde mis hijes puedan crecer segures, felices y sin violencia.
Y si esto no mejora pronto, pues aquí tendrán a su madre para defenderlos.
Muchas gracias.
Mgtr. Diane Rodríguez






